14 de noviembre de 2010

Egipto convierte su desierto en bosques

El agua residual tiene más nutrientes que el agua normal. -   Efe Agencia
 La mano del hombre intenta desafiar a la naturaleza con una iniciativa del gobierno egipcio para regar las zonas desérticas con agua de desecho y convertirlas en bosques, cuya superficie equivale ya al territorio de Panamá.
La diferencia después de la intervención humana es dramática: en el que antes era un paisaje desértico, inhóspito y abrasador ahora hay manchas verdes cubiertas de árboles de alto valor económico como álamos, papiros y eucaliptos.
Y esto gracias al agua que utilizan, contaminan y desechan los 80 millones de egipcios todos los días y que, irónicamente, es la mejor para estos llamados bosques "hechos a mano".
"El agua residual puede convertir lo no fértil, como el desierto, en algo fértil ya que contiene nitrógeno, micronutrientes y sustancias orgánicas ricas para la tierra", dijo el profesor del Instituto de Investigación de Suelo, Agua y Medio Ambiente Nabil Kandil, dedicado al análisis de terrenos desérticos adecuados para la forestación.
 Lo mismo opina el profesor del Departamento de Investigación de Contaminación del Agua, Hamdy el Awady, quien incluso subraya la superioridad de las plantas regadas con el agua residual.
"El agua de desecho tiene muchos más nutrientes que el agua normal -dice El Awady- por eso es una fuente extra de nutrición que puede lograr que las plantas resistentes a los climas hostiles crezcan más rápido e, incluso, que tengan hojas más verdes".
Tanto Kandil como El Awady saben bien el valor de equiparar la demanda con la oferta en un país que produce 7 millones de metros cúbicos de agua residual al año y que, al mismo tiempo, tiene el 95 por ciento de su territorio cubierto de desiertos estériles o con escasa vegetación.
Hasta ahora, hay 34 bosques a lo largo del país, desde las ciudades norteñas de Ismailia y Sinai hasta las zonas turísticas del sur como Luxor y Asuán, con un total de 71.400 kilómetros cuadrados, que equivalen a la superficie total de Panamá o Irlanda.
Además, de acuerdo con el gobierno egipcio, hay otros diez en proceso de construcción en un área que suma otros 18.600 kilómetros cuadrados.
Según Kandil, "el objetivo es forestar un millón de kilómetros cuadrados", lo que significa volver verde a todo el país, aunque advierte de que si lo logran, será "cuando todos lo que lo proponen ahora hayan muerto".
Los 71.000 kilómetros de bosque logrados hasta hoy son resultado de los análisis de suelo, clima y agua que han permitido elegir las especies de árboles capaces de sobrevivir en condiciones extremas.
"La buena noticia es que las plantas son selectivas, después de que se toma la decisión de plantarlas, son ellas las que seleccionan la cantidad de agua y los nutrientes necesarios para sobrevivir", explica El Awady.
La mayoría de las plantas cultivadas hasta ahora son árboles de madera como álamos, papiros, casuarinas y eucaliptos, que se siembran para cubrir las necesidades de madera del país, aunque también se han cultivado con éxito granos para producir biocombustibles como la jatrofa y la jojoba, o para fabricar aceites como la colza, la soja y el girasol.
Para Kandil, estos resultados son la prueba de que "el problema no es la tierra pues en Egipto la hay de sobra, sino el agua, de dónde sacar el agua".
Y obtenerla de las plantas de tratamiento primario -donde se eliminan los contaminantes sólidos- ha sido lo más barato, especialmente porque los sistemas de irrigación que transportan y bombean el líquido son los mismos que han utilizado los campesinos egipcios durante años.
Aunque esta agua exige precaución debido a que contiene contaminantes y se desconocen los impactos del cambio de ecosistema para la biodiversidad, el proyecto, implementado por el Ministerio de Agricultura en cooperación con el de Asuntos Medioambientales de Egipto, parece ser un negocio completo.
Estos bosques hechos a mano no sólo combaten las sequías, desertificación y erosión, dice Kandil. Sino que, además, aprovechan el agua de desecho, maximizan el beneficio para los agricultores y satisfacen las necesidades de madera de Egipto generando beneficios económicos.
Agua residual
• Es rica en nitrógeno, micronutrientes y sustancias orgánicas






•80 millones de egipcios utilizan, contaminan y desechan el agua

• Ya se lograron forestar 71.000 kilómetros

• Puede convertir lo no fértil, en algo fértil

Argentina con un ojo en el espacio

Un articulo e información más que interesante para la Argentina alojado en la web http://cibermitanios.com.ar con fecha 19 de agosto del presente año...


Argentina con un ojo en el espacio
La organización equivalente a NASA en Argentina, CONAE, está planeando construir su propio Cabo Cañaveral para enviar naves al espacio. No es que vaya a haber astronautas haciendo asado en la Luna, menos con el precio actual de la carne, pero los primeros pasos incluirán la puesta en órbita de un sistema de satélites bastante original, con una tecnología 100% argentina...


El proyecto


Argentina ya tiene tres satélites propios en órbita, pero todos fueron lanzados por NASA. Y desde hace varios años que Argentina fabrica satélites para otros países, en algunos casos con vueltas de tuerca más que interesantes.
El caso es que ahora se planea crear una flota propia con características muy innovadoras...

Tecnología segmentada

Esta tecnología se basa en que, en lugar de complejos satélites multitarea, se lanzarán muchos microsatélites con una funciones específicas y capaces de funcionar en conjunto, facilitando el reemplazo de partes averiadas y la adición de nuevos instrumentos sobre la marcha, sin necesidad de costosas reparaciones en el espacio.
Sería un verdadero enjambre de satélites, estando cada uno muy cerca del otro (hasta 30 metros), interconectados virtualmente a través de un satélite "madre" que los mantendría sincronizados y que a su vez haría de enlace con Tierra (la burbuja que nos mantiene vivos).
Para que los cibermitaños lo entiendan mejor: hablamos de satélites plug and play. Si se rompe una cámara infrarroja, por decir algo, se envía una satélite-cámara que inmediatamente se acopla a la red espacial y reemplaza al anterior. Esto no sólo abarataría los costos, si no que reduciría los tiempos normales de meses a días.

Tronador II

CONAE creó una división llamada VENG, equivalente al JPL norteamericano, que a su vez orquestará todos los instrumentos del plan espacial y que en este momento está realizando los primeros ensayos.
El plan de VENG incluye crear una nueva generación de cohetes. El primero de ellos, el Tronador I, está siendo desarrollado para probar los nuevos motores y su exclusivo sistema de guiado automático. El Tronador II sería la versión refinada que llevaría las cargas al espacio, y sería más o menos así:

Tronador II

La base de lanzamientos se levantará -casi seguramente- en Puerto Belgrano, por su ubicación estratégica relativa al mar y porque su base naval ya cuenta con parte de la infraestructura necesaria. La idea es que Argentina esté en órbita en el año 2013.

Los problemas

La base es la parte más conflictiva del plan. CONAE debe construir su propia lanzadera espacial, y tal es el proyecto presente: ambicioso, revolucionario y posiblemente poco realista.


  • Ambicioso porque se planea concretarlo en un tiempo récord (¡tres años!) partiendo de cero y sólo con materia prima argentina, incluyendo la materia gris. Con este hito, Argentina no sólo estaría en el ámbito de los líderes tecnológicos del mundo, sino que muy posiblemente estaría en el primer puesto, por la clase de tecnología que debería crear para lograrlo.
  • Revolucionario porque utilizará ideas nunca usadas. El concepto que está amasando CONAE es completamente nuevo en el campo y podría llegar a ser el plato fuerte del país. Sin embargo, la revolución nunca es fácil, y aún resta ver si siquiera dejarán que CONAE comience la etapa de horneado...
  • Poco realista porque en un país como este se cambia de opinión como de preservativos. No es que sea imposible: de hecho, Argentina está hoy en condiciones económicas y tecnológicas de crear una de las mejores lanzaderas espaciales (aunque dudo que en tan poco tiempo). Pero, especialmente, temo que los argentinos no estén preparados para entender la importancia de este proyecto y que seguramente habrá trabas muy grandes, y no me refiero a Florencia de la V.
Si tu mente es argentina, hay dos cosas que ya se habrán instalado ella: una especie de orgullo futurista y la correspondiente indignación contra el mal uso de los fondos, habiendo muchas otras cosas que solucionar.
Adelantándome a que los argentinos comenzarán a dividirse en dos grupos de acuerdo con sus opiniones, básicamente, "¡bien!" y "¡al pedo!", y sabiendo que será muy fácil elegir por las razones equivocadas, me pongo nuevamente el traje de abogado (del diablo) y contaré algunas cosas que por ahí no son tan evidentes...

Ninguna nación humilde puede asomarse entre los monstruos, ni siquiera para tomar una bocanada de aire, si no se apoya en la ciencia. No se trata de que sobre dinero, si no de fabricar oportunidades para una mejor educación y mejores salidas laborales, oportunidades sin las cuales la pobreza -y, luego, la inseguridad- no pueden desaparecer.

Hoy, son sólo seis los países que poseen esta capacidad tecnológica, y no es por razones económicas. India, por ejemplo, es uno de los países más pobres del mundo, pero tiene las mentes más brillantes y ya puso varias naves en el espacio; Estados Unidos gasta casi todo su presupuesto en guerras, al punto de que NASA hoy prácticamente no tiene financiación gubernamental... Y son estas actividades científicas las que llevan el estandarte del progreso de cada país.
Y no olvidemos que muchos de los inventos más revolucionarios de la Historia, que hoy son cotidianos, nacieron o evolucionaron gracias a las necesidades espaciales (el velcro, el jugo en polvo, el teflón, la tomografía axial computarizada, las herramientas inalámbricas, el detector de humo, el reciclaje de agua, el GPS, una gran cantidad de materiales nuevos e incluso el joystick, entre muchas otras cosas). Y a Argentina le sobran mentes creativas.

Pero esas serían excusas. Veamos cosas más concretas...

Beneficios de un programa espacial argentino

Tener un ojo en el cielo es fundamental para la evolución social. La lanzadera espacial -con su red de satélites- creará beneficios indispensables en varios sectores:

Sectores agropecuarios, pesqueros y forestales

Con 4.725 km de costa, el punto de vista lo cambia todo: en lugar de dar un millón de vueltas para encontrar atún, un barco podría dirigirse directamente hacia el cardumen si pudiera ver desde arriba. Al mismo tiempo, la actividad pesquera podría regularse de manera omnisciente, quizá sancionando a los abusivos con un rayo láser caído desde el espacio. Y, lo más importante: saber exactamente cuántos peces quedan en "stock" definitivamente llevará a tomar decisiones más sabias que, al final, significarán una mejor economía.
Los beneficios también serían muchos en la agricultura: contando la cantidad de cultivos de cada especie pueden prevenirse molestas insuficiencias alimenticias y sus viejos y queridos aumentos irracionales de precio; del mismo modo, puede anticiparse la capacidad de almacenaje necesaria para una cosecha; pueden prevenirse las grandes pérdidas ocasionadas por plagas que se detectan demasiado tarde, además de minimizar el uso de pesticidas y fertilizantes al aplicarlo sólo en las zonas necesarias. Todo esto sin mencionar los beneficios del análisis del espectro electromagnético (magia), tan preciso que podría decirnos si un campo de mil hectáreas es fértil o si a la maceta de tu planta le falta una gota de agua.
A los bosques tampoco les vendría mal una mirada desde el cielo y una voz que diga "basta para mí, basta para todos" cuando los fósforos den más sombra que los árboles, punto del cual Argentina está peligrosamente cerca.

Clima, hidrología y oceanografía

Para que de una vez por todas las viejas se terminen de quejar del clima y sepan una semana antes que va a llover. Pero también para otras cosas menos importantes, como controlar los cursos de agua potable, la concentración de CO2 en la atmósfera, los cambios en la formación de nubes, el aumento de la temperatura, etcétera.
Al igual que a nivel global, Argentina debe devolver al espacio la misma cantidad de energía que recibe del Sol. De ese equilibrio depende el bienestar del ecosistema, del que a su vez dependen las industrias que lo explotan, de las que al mismo tiempo depende la economía nacional (y, en consecuencia, todo lo demás). Actualmente se desconocen esos datos tan importantes que cambian minuto a minuto.
Además, cada región del mundo posee sus propio conjunto de reglas climáticas (a eso debemos agradecer la escasez de maremotos y tormentas de nieve) y es necesario un estudio particular de sus factores.
Ni hablar del control de emisiones de gas de efecto invernadero1, que actualmente es nulo y representa el factor más importante dentro del clima, y de la emisión de CFCs que afectan al agujero de ozono, que actualmente está fruncido pero que nunca se sabe cuándo nos puede cagar (Argentina está casi justo debajo de él, y se calcula que sin el tratado de Montreal, hoy bastarían 5 minutos al aire libre para provocar quemaduras en la piel).

Prevención y asistencia para desastres naturales

Allí donde el humo, el agua y las cenizas no dejan ver, la percepción remota de los satélites tiene pase VIP, incluyendo incendios, sequías, inundaciones, terremotos, erupciones, tornados, avalanchas... y no tan naturales, como los derrames de petróleo, la abducción de vacas por parte de alienígenas y la construcción de aeropuertos privados en La Rioja. También podría salvar vidas al detectar accidentes en zonas aisladas o ubicar, por ejemplo, montañistas perdidos cuando la noche o la niebla impiden a los rescatistas trabajar.
Por ejemplo, una erupción volcánica no se puede evitar, pero se puede prever con sensores satelitales que midan cambios ínfimos de temperatura y emisión de gases para alertar a la población. La desgracia, en resumen, sí se puede evitar. El conocimiento satelital del terreno también permite crear simulaciones matemáticas de un desastre y tener un plan de emergencia adecuado a cada región.
Finalmente, problemas tan importantes como las sequías pueden predecirse desde el espacio con meses de anticipación, pero requieren una constante vigilia de muchos factores para la cual actualmente no hay recursos.

Vigilancia del medio ambiente y los recursos naturales

Esencial para estudiar las repercusiones de la industria (contaminación) en el suelo, el aire, el agua y los seres vivos y la disponibilidad de recursos naturales, aún tapados por kilómetros de tierra o agua.
Los satélites contarán con toda clase de sensores, no sólo cámaras fotográficas, y podrán medir mejor que cualquier dedo la densidad del hielo y la nieve, las anomalías químicas en el mar y cualquier partícula peligrosa que ande en el aire.
Los yacimientos de gas natural, que están desapareciendo en todo el mundo, serán cada vez más difíciles de encontrar. En pocas décadas se acabarán por completo, y ahí te quiero ver. Esta tecnología puede ayudar a descubrir pequeñas reservas que hagan la crisis más soportable.
Epidemiología y gestión de la salud

Incluyendo la lucha contra el dengue, chagas, hantavirus y otras plagas de las que hoy son víctimas cientos de miles de argentinos. Desde el cielo también es posible detectar, contener y contraatacar el surgimiento de un virus. Además, pueden detectarse y anticiparse otros problemas sanitarios que van desde la contaminación del agua hasta niveles de radioactividad (nunca digas nunca). También haría posible la asistencia telemédica, utilizando las mismas tecnologías con que se vigila y medica a los astronautas en órbita.
Sólo por mencionar lo más evidente y predecible, sin contar los avances en cartografía, seguridad, urbanización, política internacional, etcétera. Y ni siquiera hablé de astronautas.
Hay que ser bastante terco para negarse a tener estas ventajas, por mucha pobreza o analfabetismo que pueda haber. De hecho, para hacer algo como esto, no se puede esperar a que se solucionen los otros problemas. Al contrario: este proyecto es parte de la solución.

Además, si tomamos el ejemplo de los otros países pioneros, la ciencia nunca fue una decisión del pueblo, y, en realidad, a eso debe su éxito (y el éxito científico es progreso para las masas, es todo lo que estás usando en este instante).

Espero que los gobiernos sobre los que recaigan las decisiones hasta el 2013 sepan decidir en base a intereses más elevados que el "qué dirán". Pero veamos, mientras tanto, qué dicen ustedes...

Art http://cibermitanios.com.ar

Es más probable que nos caiga un meteorito antes que un rayo

Muchos meteoritos, un planeta



Las posibilidades de que te caiga un rayo son de 1 en 750.000, mientras que las de ser alcanzado por un meteorito son de 500.000 a 1. Es decir: antes de que te caiga un rayo, hay un 50% más de probabilidades de que te aplaste una piedra del espacio. Razón suficiente para no temerle a las tormentas (además, es muy probable sobrevivir al golpe de un rayo).
Es que somos 6.750 millones de personas; los rayos tienen mucho para elegir. Pero la Tierra es una sola, y la cantidad de meteoritos en el espacio supera cualquier número imaginable.
http://factoides.com.ar

Nuestro cerebro depende también de la interacción social

Yo y los otros. El desarrollo de la especie está muy influido por los vínculos tejidos con los demás.


Por: Facundo Manes
Fuente: DIRECTOR DE INECO Y DEL INSTITUTO DE NEUROCIENCIAS DE LA FUNDACION FAVALORO

La complejidad de nuestro cerebro es consecuencia, al menos en parte, de la complejidad social que ha alcanzado nuestra especie a lo largo de su evolución. El ser humano es básicamente una criatura social. Es por eso que crea organizaciones que van más allá del propio individuo, desde la familia hasta las comunidades nacionales o globales. A partir de estas premisas, podemos concluir que la supervivencia de la especie humana depende de la interacción social, es decir, del carácter de los vínculos que uno establece con los otros.

Un principio que permite la relación entre las personas es la capacidad de darse cuenta de que los otros tienen deseos y creencias diferentes de las nuestras y de que su comportamiento puede ser explicado en función de éstos. A los 4 años los niños ya han desarrollado esta habilidad de evaluar estados mentales de otros. Aunque algunos procesos cognitivos son conscientes e influyen en forma deliberada en nuestro funcionamiento, hay mecanismos automáticos que influyen en nuestra interacción social. Por ejemplo, hay evidencia científica reciente que sugiere que las decisiones morales están más relacionadas con la emoción que con el razonamiento explícito. Uno, luego de actuar, analiza y explica racionalmente la decisión moral que ha tomado influido por la impresión genética y por la emoción.

Otro aspecto importante en la investigación del cerebro social son las neuronas espejo, que son células que reaccionan tanto al observar una acción como cuando la realizamos nosotros mismos permitiendo el aprendizaje a partir de la imitación de la acción observada. Además, capacidades de la cognición social como la empatía con otros individuos han sido esenciales evolutivamente. Cierto comportamiento social como el altruismo, la decisión económica o las ideas políticas tienen una base genética. Sin embargo, los genes no explican en su totalidad el comportamiento social ni las diferencias individuales. Un ejemplo de cómo factores no genéticos influyen en la conducta social se observó en las abejas obreras. Cuando éstas alimentan a las larvas con jalea real, la expresión de los genes implicados en el crecimiento y el metabolismo es modificado, y esto lleva al desarrollo de nuevas abejas reinas.

La interacción social resulta fundamental también para el aprendizaje. En un experimento, tres grupos de bebés que se criaron escuchando exclusivamente inglés fueron entrenados: un grupo interactuaba con un hablante del idioma chino en vivo; un segundo grupo veía películas del mismo hablante; y el tercer grupo escuchaba a ese chino a través de auriculares. El tiempo de exposición y el contenido fueron idénticos en los tres grupos. Después del entrenamiento, el grupo de bebés expuesto a la persona china en vivo distinguió entre dos sonidos con un rendimiento similar al de un bebé nativo chino. Los bebés que habían estado expuestos al idioma chino a través del video o de sonidos grabados no aprendieron a distinguir sonidos, y su rendimiento fue similar al de bebés que no habían recibido entrenamiento. La clave del desarrollo de la especie no está tanto en lo que el individuo hace de sí mismo sino en el puente que construimos con nuestros semejantes.

10 de noviembre de 2010

Dos burbujas gigantes en el centro de la Vía Láctea

burbujas-fermi

El Telescopio espacial Fermi de rayos Gamma de la NASA ha desvelado la existencia de una enorme y hasta ahora desconocida estructura en el centro de la Vía Láctea. Se trata de dos burbujas, de 25.000 años luz de diámetro cada una, que se extienden hacia el norte y hacia el sur de la galaxia.

La estructura abarca más de la mitad del espacio visible, desde la constelación de Virgo hasta la constelación de la Grulla. Aunque los astrónomos no están aún seguros de su origen, sospechan que podría tratarse de los restos de una erupción en un antiguo agujero negro supermasivo ubicado en mitad de la Vía Láctea, según publican hoy en la revista Astrophysical Journal. Otro posible explicación es que las burbujas se formaran a partir del gas de procesos masivos de formación de estrellas cerca del centro galáctico hace varios millones de años. En cualquier caso, la forma de las burbujas sugiere que fueron generadas por una gran cantidad de energía liberada rápidamente.

"En otras galaxias hemos detectado destellos con salidas de gas", ha explicado David Spergel, científico de la Universidad de Princeton en Nueva Jersey (EE UU) y coautor del estudio. "Cualquiera que sea la fuente de energía detrás de estas enormes burbujas, está relacionada con muchas incógnitas de la astrofísica", puntualiza.

"Fermi escanea el cielo entero cada tres horas, y a medida que la misión continúa y nuestra exposición se profundiza, vemos el Universo extremo a un nivel de detalle progresivamente mayor", asegura Julie McEnery, investigadora en el Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA.

3 de noviembre de 2010

El vendaje inteligente

tirita-inteligenteCientíficos del Instituto de Investigación Fraunhofer, en Alemania, han desarrollado un innovador vendaje que incorpora un pigmento que cambia de color amarillo a púrpura cuando existe una infección, indicando que ha llegado el momento de cambiar los apósitos. “Hemos creado un pigmento que reacciona a diferentes valores de pH -un coeficiente que indica el grado de acidez o basicidad- y lo hemos integrado en una venda”, explica Sabine Trupp, artífice del invento.

Según Trupp, la piel sana y las heridas cicatrizadas normalmente tienen un valor de pH por debajo de 5. “Si aumenta, pasando de ácido a alcalino, indica que hay complicaciones. Y si se sitúa entre 6.5 y 8.5, existe una infección”, puntualiza. Gracias a este material inteligente será posible realizar las curas en el momento adecuado, sin retirar la venda ni demasiado pronto ni demasiado tarde, favoreciendo de este modo el proceso de cicatrización.